Actuemos frente a la violencia contra las mujeres
La violencia contra las mujeres y las niñas tiene muchas caras: la de las nuevas formas de comunicación, la que deriva del cambio climático, la de los feminicidios, la del abuso sexual, la de género, la del sexismo… A todas la edades, desde la más temprana hasta la madurez y la vejez.
Una realidad aplastante que los datos nos ofrecen y que son la punta del iceberg.
Según lo publicado por ONU Mujeres con motivo del 25 de Noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que este año nos dice #nohayexcusa, una de cada 10 mujeres de la Unión Europea ha sufrido ciberacoso desde los 15 años de edad, lo que incluye haber recibido correos electrónicos o mensajes SMS no deseados, sexualmente explícitos u ofensivos, o contactos inapropiados en las redes sociales.
En los Estados Árabes el 60% de las usuarias de Internet había estado expuesta a la violencia en línea a lo largo del año anterior y en Uganda, por ejemplo, cerca de la mitad de las mujeres informó de que había sido objeto de hostigamiento en línea en algún momento de su vida.
Tampoco se libran de este abuso las representantes políticas en el mundo, el 82% de las parlamentarias ha sufrido algún tipo de violencia psicológica durante su mandato y mencionan los medios sociales como el principal canal para ello: un 44% ha recibido amenazas de muerte, violación, agresión o secuestro contra ellas o sus familias y el 65% ha sido objeto de comentarios sexistas procedentes principalmente de colegas masculinos en el parlamento
Cambio climático y violencia
Pero no solo las nuevas formas de comunicación y la tecnología han entrado en el maltrato y acoso a las mujeres, también lo han hecho los efectos provocados por el cambio climático, que ponen en riesgo su seguridad.
Las consecuencias de la degradación del medio ambiente agravan los riesgos de violencia. Los desplazamientos, la escasez de recursos y la inseguridad alimentaria les afectan especialmente. Un ejemplo lo vemos, según nos dice el organismo de mujeres de las Naciones Unidas, en Etiopía donde “ha aumentado el número de niñas vendidas para contraer matrimonio precoz a cambio de ganado, con el fin de ayudar a las familias a hacer frente a los efectos de las sequías prolongadas”.
En el otro lado del mundo, en Nepal, se comprobó un aumento de la trata de personas, que pasó de una cifra estimada de entre 3.000 y 5.000 al año en 1990 a entre 12.000 y 20.000 tras el terremoto de 2015.
Si atendemos a otra de las caras de la violencia, la del feminicidio, la cifra sobrecoge: más de cinco mujeres o niñas son asesinadas cada hora por alguien de su propia familia.
Y es que, en muchas ocasiones, es el entorno más cercano el que entraña más peligro. La mayoría de los actos de violencia contra las mujeres son perpetrados por sus esposos o parejas actuales o anteriores y se calcula que más de 640 millones de mujeres de 15 años o más (el 26% del total) han sido objeto de violencia por parte de alguno de ellos.
Niñas y adolescentes
En la inmensa mayoría de los países las adolescentes son el grupo con mayor riesgo de verse forzadas a mantener relaciones sexuales (u otro tipo de actos sexuales) por parte de su esposo, pareja o novio actual o anterior. Se calcula que 15 millones de niñas de entre 15 a 19 años han sufrido estos abusos y, de acuerdo con los datos disponibles para 30 países, tan solo un 1% de ellas ha pedido alguna vez ayuda profesional; la desconfianza en los estamentos y sistemas de protección y apoyo, y el estigma social al que se ven abocadas les impide, en muchos casos, denunciar los abusos.
También están expuestas a otras formas de violencia, entre ellas la trata: de cada 10 mujeres que caen manos de los tratantes de personas -en su mayoría (un 91%) con fines de explotación sexual- 2 eran niñas. Tampoco están a salvo, en muchos países, de la mutilación genital, en los 31 países en los que se concentra esta práctica al menos 200 mujeres y niñas de 15 a 49 años la han sufrido.
Una realidad que nos muestran unas cifras que tienen rostro de mujer, de niña, de anciana. Unos datos ante los que cuales no debemos quedarnos de brazos cruzados sin más. Nuestra labor compromiso con las mujeres es hoy más necesaria que nunca, por eso estamos comprometidas con la defensa de los derechos de las mujeres, en paz e igualdad. ¡Actuemos!
Comprometidas
“Que la opción por las mujeres y el compromiso contra la violencia de género y la feminización de la pobreza, el acercamiento a los feminismos internacionales (género, clase, raza) y la teología feminista atraviese transversalmente todas nuestras opciones”.
Estamos comprometidas en espacios comunitarios de acción con las mujeres de nuestros entornos para juntas revisar las posturas patriarcales que van creando violencia entre nosotras y nombrar las heridas que podemos agudizar con ello, con apoyo de profesionales cuando sea necesario. (XV Capítulo General)
Imagen de Freepick