Cuidado de las Relaciones
Nuestra primera misión es la comunidad, las relaciones, la vivencia de nuestros votos, el cultivo de la oración y la intimidad con Jesús (Luz Casanova).
Esta es la experiencia fundante que recrea nuestro ser y quehacer en nuestra vida Apostólica. Tratamos de cuidar todos los espacios (la casa, la mesa, la puerta abierta, la escucha, el saludo…), para que sean realmente espacios de humanización. Para nosotras, poder entrar en las casa de nuestros vecinos y vecinas, visitar sus comunidades, así como dejarnos visitar por ellos y ellas, es pisar tierra sagrada.
La dimensión eucarística de nuestra vida la vivimos también desde la comensalidad abierta con las personas y los pueblos con quienes compartimos la vida. La relación se convierte entonces en sacramento del encuentro.