“Compañero, que los sueños que dejas en estas aguas, que todos los sueños de cada una de las personas que mueren por la misma causa injusta, sirvan para que regrese la sensatez y la justicia, que hagan reflexionar a todas aquellas personas que desprecian las vidas ajenas. Que vuestras muertes sirvan para llenar de vida, de fuerza, de valor y dignidad a quienes os acompañaron y a quienes están del otro lado.
Que todo esto sirva para que no siga ocurriendo más, que no es justo!, que sirva para que se hagan políticas que respeten los derechos humanos. Porque Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona. (Artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: Porque Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado. Tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país. (Artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos).”
“Dejad que la libertad reine. El sol nunca ha iluminado un logro humano más glorioso”. Nelson Mandela
Marisa Amaro nos hace partícipes de la Vida y Muerte que se vive todos los días, son noticias un segundo en el telediario –si es que lo son-, viven buscando la dignidad y mueren sin identidad, sin llanto de su familia, sin el calor de sus queridos, con una placa de cemento, sin nombre, sin lápida, tapando el hueco descansa el hermano, hijo, padre o esposo, ni el que nunca se sabrá su país, su origen. Tan solo la soledad.